Esta Hermandad conmemora una efeméride histórica y artística pero por encima de todo la recepción de un don actuante y vivo.

Han pasado ya cuatro siglos. Aquella imagen de cedro es hoy el gran icono devocional de La Rambla y a la que han rezado nuestros padres, abuelos, abuelos de nuestros abuelos, reyes y pobres de solemnidad y de fe, enfermos, matrimonios que imploran un hijo o un trabajo. Todos ellos vieron reflejadas sus cargas ante ese hombre que camina con la cruz a cuestas.
Conmemoramos 400 años de fe, miramos al pasado, pero sin perder la esperanza en el futuro, abierto por el presente de Dios, el Viviente, tan prodigiosamente representado por esta Sagrada Imagen, puente entre los hombres y Dios.
Por ello, con motivo de este IV centenario, la Hermandad prepara una serie de actos cultuales, culturales y formativos, solemnes Eucaristías en acción de gracias, conferencias a cargo de teólogos y de historiadores del arte, exposiciones, conciertos, cartel y diversos actos y actividades.
Todo ello nos ayudará a tomar conciencia de su significado, y a renovar nuestro compromiso con esta devoción, como camino permanente de perfección personal y colectiva para llegar a Cristo y para seguir cumpliendo nuestra misión evangelizadora en el mundo contemporáneo.
Por ello, humildemente, creemos que tales actos y cultos podrían coronarse con un Año Jubilar, Año de Cristo, portador de la vida y de la gracia a la humanidad.
El Jubileo es un tiempo de gracia destinado a promover la santidad de vida. Instituido para consolidar la fe, favorecer las obras de solidaridad y la comunión fraterna en el seno de la Iglesia y en la sociedad, en definitiva, para recordar y remover a los creyentes a una profesión de fe más sincera y más coherente en Cristo Salvador.
Y qué mejor ocasión para ello que en el año en que conmemoramos la llegada a La Rambla de su principal devoción, pilar de la fe del pueblo rambleño durante 400 años.