
La Sagrada Imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno ha despertado desde su llegada a La Rambla un intensísimo fervor.
La primera prueba documental la tenemos en el año de 1626, tan solo 4 años después de su llegada. Es la decisión de los frailes del Santi Spíritu, establecidos en el convento del Espíritu Santo en aquellos años, de ceder el camarín del altar mayor de la iglesia a la Hermandad para que lo presida el Señor, firmándose entre ambos escritura de cesión. Fue tal la devoción surgida en torno al Señor que los frailes le cedieron el lugar más preeminente de la iglesia para que recibiera culto.
Más adelante, en vista de las numerosas visitas de devotos a la Imagen, se decide la construcción de un camarín circular que permitiera acceder y venerar a Nuestro Padre Jesús de manera más cercana a los fieles.
Otras pruebas documentales halladas son las numerosas mandas testamentarias con limosnas a la Sagrada Imagen, memorias de misas rezadas o cantadas ante el altar del Señor, o donaciones de arrobas de aceite para mantener las lámparas que arden ante el altar.
A lo largo de cuatro siglos, el Señor ha recibido gran cantidad de donaciones para enriquecer su ajuar, desde candelabros, túnicas, o la magnífica cruz de plata mejicana. Gran parte de estas piezas artísticas siguen aún en poder de la Hermandad y son utilizadas para el atavío de Jesús Nazareno. Por su importancia histórica y artística destacamos:
- Cruz de plata, joya de la orfebrería mejicana del siglo XVIII, donada por Don Antonio de Peralta y Córdoba y su esposa Doña Catalina de Olvera y Chirinos, gobernador de Veracruz, en 1723.
- Túnica bordada de 1777, de cola, con elementos rocallas bordados sobre terciopelo granate, obra del fraile carmelita Fray Ignacio de la Concepción. Donación de su camarera.
- Túnica bordada en oro sobre terciopelo morado obra de la sevillana Matilde Garcés en 1881. Donada por una hermana.
Hasta no hace muchos años existía en el camarín donde el Señor recibe culto un lugar lleno de antiguos exvotos en forma de piernas, cabezas, etc, de latón, junto a antiguas fotografías. Dichos exvotos se están recuperando actualmente.
Existen en La Rambla una serie de tradiciones de gran arraigo que siguen manteniéndose y prueban la gran devoción que despierta la Sagrada Imagen:
– El Señor contiene en el interior de la manga de su túnica gran número de pequeños papeles donde los devotos escriben peticiones.
– Es costumbre que muchos padres presenten al Señor a sus hijos recién nacidos, buscando su protección.
– Hasta la extinción del servicio militar obligatorio, cada año, la Quinta correspondiente celebraba una Eucaristía ante la Sagrada Imagen del Señor, encomendándose a Él antes de partir a dicho servicio militar.
– Un número considerablemente elevado de lápidas del cementerio poseen una imagen de Jesús Nazareno. El recuerdo de los que ya partieron a la Casa del Padre queda así enraizado con la Imagen del Señor.
– Igualmente un número muy elevado de hogares rambleños y de personas nacidas en esta tierra que tuvieron que emigrar, está presidido por una pintura o fotografía de Nuestro Padre Jesús.
Es considerable, por otro lado, la demanda de estampas o fotografías del Señor destinadas a enfermos. Muchas de ellas les acompañan en el hospital.
Cada semana son incontables los ramos de flores que llegan a los pies de la Sagrada Imagen en su camarín.
Igualmente dichas flores, junto con velas, aparecen casi a diario a los pies del azulejo del Señor que preside el lateral de la fachada de la Iglesia del Espíritu Santo, donde se acercan numerosos fieles a rezar cuando el templo está cerrado.